jueves, 4 de mayo de 2017

ESTOY TRISTE Y MIS OJOS NO LLORAN


LA PALOMA


HABRA POESIA


ANOCHE, CUANDO DORMIA

LA CASADA INFIEL

EL ULTIMO AMOR

El último amor
I

Amor mío, amor mío,
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo.
Y acaba de irse aquella que nos quería. Acaba de
salir. Acabamos de oír cerrarse la puerta.
Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz
se queja en la garganta.
Amor mío...
Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra despacio
la puerta, si es que no quedó bien cerrada.
Regrésate.
Siéntate ahí, y descansa.
No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No
puede volver.
Se ha marchado, y estás solo.
No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en
todo aún estuviera.
Se está haciendo de noche.
Ponte así: tu rostro en tu mano.
Apóyate. Descansa.
Te envuelve dulcemente la oscuridad, y
lentamente te borra.
Todavía respiras. Duerme.
Duerme si puedes. Duermes poquito a poco, deshaciéndote,
desliéndote en la noche que poco a poco te anega.
¿No oyes? No, ya no oyes. El puro
silencio eres tú, oh dormido, oh abandonado,
oh solitario.
¡Oh, si yo pudiera hacer
que nunca más despertases!
II
Las palabras del abandono. Las de la amargura.

Yo mismo, sí, yo y no otro.
Yo las oí. Sonaban como las demás. Daban el mismo
sonido.
Las decían los mismos labios, que hacían el mismo
movimiento.
Pero no se las podía oír igual. Porque significan:
las palabras
significan. Ay, si las palabras fuesen sólo un suave
sonido,
y cerrando los ojos se pudiese escuchar en el sueño...
yo las oí. Y su sonido final fue como el de una
llave que se cierra.
Como un portazo.
Las oí, y quedé mudo.
Y oí los pasos que se alejaron.
Volví, y me senté. Silenciosamente
cerré la puerta yo mismo, sin ruido.
Y me senté. Sin sollozo.
Sereno, mientras la noche empezaba.
La noche larga. Y apoyé mi cabeza en mi mano.
Y dije...

Pero no dije nada. Moví mis labios. Suavemente,
Suavísimamente.
Y dibujé todavía
el último gesto, ese
que yo ya nunca repetiría.
III
Porque era el último amor. ¿No lo sabes?
Era el último. Duérmete. Calla.
Era el último amor...
Y  es de noche.

LLORABA MI NIÑA

Lloraba la niña



Lloraba la niña
(Y tenía razón)
La prolija ausencia
De su ingrato amor.
Dejóla tan niña,
Que apenas creo yo
Que tenía los años
Que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
Del galán traidor,
La halla la Luna
Y la deja el Sol,
Añadiendo siempre
Pasión a pasión,
Memoria a memoria,
Dolor a dolor.
Llorad, corazón,
Que tenéis razón.

Dícele su madre:
«Hija, por mi amor,
Que se acabe el llanto,
O me acabe yo.»
Ella le responde:
«No podrá ser, no:
Las causas son muchas,
Los ojos son dos.
Satisfagan, madre,
Tanta sinrazón,
Y lágrimas lloren
En esta ocasión,
Tantas como dellos
Un tiempo tiró
Flechas amorosas
El arquero dios.
Ya no canto, madre,
Y si canto yo,
Muy tristes endechas
Mis canciones son;
Porque el que se fue,
Con lo que llevó,
Se dejó el silencio,
Y llevó la voz.»
Llorad, corazón,
Que tenéis razón.


EL VIAJE DEFINITIVO

EL VIAJE DEFINITIVO

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando. 

ESTOY TRISTE Y MIS OJOS NO LLORAN

ESTOY TRISTE, Y MIS OJOS NO LLORAN    

Estoy triste, y mis ojos no lloran                      
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y lluviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmenso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrena brilló en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia: es la hora
de los niños dormidos; mi madre
me mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes;

y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrían mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde...

Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires;
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.

¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien
ha soñado en mis besos, que venga
de su plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren... No vienen...
¿Quién irá por el triste paisaje?
Sólo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.

EL MAR

El mar:
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, 
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste 
del mar?
En sueños la marejada 
me tira del corazón; 
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste 
acá? Gimiendo por ver el mar, 
un marinerito en tierra 
iza al aire este lamento: 
¡Ay mi blusa marinera; 
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!


RIMA IV

RIMA IV 

No digáis que, agotado su tesoro, 
de asuntos falta, enmudeció la lira; 
podrá no haber poetas; pero siempre 
habrá poesía. 

Mientras las ondas de la luz al beso 
palpiten encendidas, 
mientras el sol las desgarradas nubes 
de fuego y oro vista, 
mientras el aire en su regazo lleve 
perfumes y armonías, 
mientras haya en el mundo primavera, 
¡habrá poesía! 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance 
las fuentes de la vida, 
y en el mar o en el cielo haya un abismo 
que al cálculo resista, 
mientras la humanidad siempre avanzando 
no sepa a dó camina, 
mientras haya un misterio para el hombre, 
¡habrá poesía! 

Mientras se sienta que se ríe el alma, 
sin que los labios rían; 
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila; 
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan, 
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía! 

Mientras haya unos ojos que reflejen 
los ojos que los miran, 
mientras responda el labio suspirando 
al labio que suspira, 
mientras sentirse puedan en un beso 
dos almas confundidas, 
mientras exista una mujer hermosa, 
¡habrá poesía!

RECUERDO INFANTIL

Recuerdo infantil


Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de lluvia tras los cristales. 

Es la clase. En un cartel 
se representa a Caín 
fugitivo, y muerto Abel, 
junto a una mancha carmín. 

Con timbre sonoro y hueco 
truena el maestro, un anciano 
mal vestido, enjuto y seco, 
que lleva un libro en la mano. 

Y todo un coro infantil 
va cantando la lección: 
«mil veces ciento, cien mil; 
mil veces mil, un millón». 

Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de la lluvia en los cristales.


LA CASADA INFIEL

La casada infiel
Y que yo me la llevé al río 
creyendo que era mozuela, 
pero tenía marido. 

Fue la noche de Santiago 
y casi por compromiso. 
Se apagaron los faroles 
y se encendieron los grillos. 
En las últimas esquinas 
toqué sus pechos dormidos, 
y se me abrieron de pronto 
como ramos de jacintos. 
El almidón de su enagua 
me sonaba en el oído, 
como una pieza de seda 
rasgada por diez cuchillos. 
Sin luz de plata en sus copas 
los árboles han crecido, 
y un horizonte de perros 
ladra muy lejos del río. 

Pasadas las zarzamoras, 
los juncos y los espinos, 
bajo su mata de pelo 
hice un hoyo sobre el limo. 
Yo me quité la corbata. 
Ella se quitó el vestido. 
Yo el cinturón con revólver. 
Ella sus cuatro corpiños. 
Ni nardos ni caracolas 
tienen el cutis tan fino, 
ni los cristales con luna 
relumbran con ese brillo. 
Sus muslos se me escapaban 
como peces sorprendidos, 
la mitad llenos de lumbre, 
la mitad llenos de frío. 
Aquella noche corrí 
el mejor de los caminos, 
montado en potra de nácar 
sin bridas y sin estribos. 
No quiero decir, por hombre, 
las cosas que ella me dijo. 
La luz del entendimiento 
me hace ser muy comedido. 
Sucia de besos y arena 
yo me la llevé del río. 
Con el aire se batían 
las espadas de los lirios. 

Me porté como quien soy. 
Como un gitano legítimo. 
Le regalé un costurero 
grande de raso pajizo, 
y no quise enamorarme 
porque teniendo marido 
me dijo que era mozuela 
cuando la llevaba al río

martes, 2 de mayo de 2017

VICENTE ALEXANDRE

Vicente Aleixandre

 (1898-1984)  
El 26 de abril de 1898 nace VICENTE PÍO MARCELINO CIRILO ALEIXANDRE en Sevilla, en el edifico de la antigua Intendencia, hoy Palacio de la Fundación Yanduri, en la Puerta de Jerez

En 1899 nace su hermana Conchita, a quien las circunstancias de la vida convertirían en su única compañía familiar. El padre, ingeniero de ferrocarriles, es trasladado a Málaga, en 1900 donde va a vivir toda la familia. 

Nueve años de infancia en Málaga donde es condiscípulo de 
Emilio Prados en el colegio de don Ventura Barranco. En 1909 la familia se traslada a Madrid, donde el joven Aleixandre empezará a cursar el Bachillerato en el colegio Teresiano.

En 1913 obtiene su título de bachiller y cursa el preparatorio de Facultad. También muere su abuelo, Don Antonino Merlo, viejo general de las campañas de Cuba que tanto influyó en la formación del poeta. 

En octubre de 1914 tras el curso preparatorio de Letras, ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid y en la Escuela de Comercio. En 1917 veranea en el pueblo Las Navas del Marqués, donde conoce a Dámaso Alonso. Éste le presta la antología de Rubén Darío hecha por Andrés González Blanco en 1910, y el joven Aleixandre descubre entonces que la poesía no es una sarta de insustanciales rimas sino, como dirá más tarde, “una profunda verdad comunicada”. En octubre de ese año, inspirado por el nuevo mundo de una reveladora expresión estética, intenta sus primeras composiciones poéticas. 

Obtiene la Licenciatura en Derecho en 1919 y es nombrado profesor ayudante de la asignatura Legislación Mercantil Española. Da clases de Derecho Mercantil e imparte un curso para extranjeros en la Residencia de Estudiantes sobre “Lenguaje de la técnica comercial”. Grado de Intendente Mercantil, con calificaciones de sobresaliente, en los exámenes de mayo


Entre 1921 y 1924 la imagen de un joven Aleixandre, enérgico y entregado a la actividad profesional, contrasta con la del poeta sedentario que será cuando la enfermedad le imponga un tenaz cerco. Trabaja como corresponsal administrativo en la secretaría de la empresa Ferrocarriles Andaluces; colabora con artículos especializados en la revista de economía “La semana financiera” y en la de temas ferroviarios “Revista de Comunicaciones”. 

En 1922 conoce a 
Rafael Alberti, en el Ateneo de Madrid, donde éste ha hecho una exposición de pintura. Sufre su primera dolencia: una artritis infecciosa en la rodilla. Por estos años vive su primera gran pasión juvenil con la actriz de variedades Carmen de Granada. Viaja a Portugal, Inglaterra, Suiza, Francia... Comienza la silenciosa escritura del que será su primer poemario, “Ámbito”. En 1923 conoce a Eva Seifert, que será su amiga hasta la muerte.
En 1925 Ingresa en la Compañía de los Ferrocarriles del Norte, pero una nefritis tuberculosa dará al traste con todas las expectativas que se abrían en su carrera profesional de letrado economista para abrir la puerta grande a la del poeta. Penosos meses de convalecencia, que ocupa en concluir “Ámbito”. La “Revista de Occidente” publica en 1926 sus primeros poemas, ya con la firma definitiva de quien dedicará toda su vida a la poesía. En 1927 participa en el homenaje a Góngora, en la revista “Verso y prosa”. Entabla amistad con Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca. El 12 de octubre asiste junto con Dámaso Alonso y Rafael Alberti al estreno, por la compañía de Margarita Xirgú, de la “Mariana Pineda” de Lorca. La familia Aleixandre se traslada al chalet de la calle de Velintonia. 

Aparece su primer libro, “Ámbito” en 1928 publicado por “Litoral” de Málaga, y Aleixandre queda afiliado, por así decirlo, a la nómina oficial del 27. La enfermedad lo obliga a dejar su trabajo en la Compañía de Ferrocarriles y a guardar el más absoluto reposo.
En 1930 Gerardo Diego lo incluye en su antología “Poesía española (1915-1931)”. El recrudecimiento de su enfermedad renal obliga a extirparle el riñón afectado. El éxito de la arriesgada intervención en el Sanatorio de El Rosario de Madrid le salva la vida. La recuperación, lenta, la pasa en Miraflores de la Sierra, donde en lo sucesivo fijará su lugar de descanso para los veranos. En 1932 se publica su segundo libro: “Espadas como labios”. 

En 1933 con el libro “La destrucción o el amor” aún inédito, para muchos la obra capital del surrealismo o irracionalismo hispano, obtiene el Premio Nacional de Literatura. 

En 1935 nacen “La destrucción o el amor”, en Madrid, y de “Pasión de la tierra”, en México. Conoce a Pablo Neruda y a Miguel Hernández. Colabora en la revista de Neruda “Caballo verde para la poesía”. 

Nuevamente enfermo, en 1936 consigue con dificultad, por las circunstancias de la guerra que acaba de estallar, ir a Miraflores, también termina los poemas para el libro “Mundo a solas”. 

En 1937 publica su semblanza sobre Federico García Lorca, recientemente asesinado. Se traslada a vivir a casa de sus tíos, en la calle de Españoleto, en Madrid, porque la zona de Velintonia se ha convertido en escenario de guerra. 

La guerra civil es para Aleixandre una dolorosa prueba a la que sólo podrá sobreponerse con el paso del tiempo y el acopio de sus reservas interiores. Desaparece trágicamente Lorca, a quien estaba unido por lazos de estrecha amistad. Sus compañeros de generación se marchan al exilio. Él intenta conseguir un permiso de evacuación en compañía de su padre y de su hermana, pero la tozudez legalista de un funcionario de la República le cierra el camino. En septiembre de 1939 escribe “Primavera en la tierra”, primer poema de “Sombra del paraíso”. 

El 9 de marzo de 1940 muere el padre del poeta, Cirilo Aleixandre Ballester. Velintonia, la casa familiar, ha quedado destruida por los obuses y son innumerables los documentos y volúmenes arrasados por el pillaje. Reconstruida en 1942, Vicente y su hermana Conchita reemprenderán en ella una nueva vida hasta el fin de sus días. 

El 23 de mayo de 1944 se termina de imprimir su quinto libro, “Sombra del Paraíso”. Con esta obra cumbre, Aleixandre asegura un lugar en la historia de la poesía española. En contraste con la época de guerra y desolación, su ideal se acerca a un edén libre de sufrimiento y de muerte y defiende el ansia de una existencia pura y elemental. La revista “Corcel”, de Valencia, le dedica un homenaje. 

La Real Academia Española le elige académico de número en 1949 y el 22 de enero de 1950 lee su discurso de ingreso: “En la vida del poeta: el amor y la poesía”. También edita “Mundo a solas”. En 1952 asiste al Primer Congreso de Poesía, celebrado en Segovia. Se publica su libro “Nacimiento último”. En 1954 con el libro “Historia del corazón”, que aparece este año, se inicia lo que algunos críticos llaman la “segunda época” del poeta. 

Al cumplir Aleixandre sesenta años, la revista “Papeles de Son Armadans”, de Camilo José Cela, le dedica un número homenaje. En 1960 sale la Primera edición de sus “Poesías completas” y en 1962 aparece el libro “En un vasto dominio”

En 1965 su libro “Retratos con nombre” ,en 1968 “Poemas de la consumación” y en 1971 su antología “Poesía superrealista”. 

Profesores españoles y extranjeros presentan su candidatura para el Premio Nobel de Literatura. Aparece en Estocolmo una antología de su obra. Es el comienzo de una serie de nominaciones y posposiciones que terminarán el 6 de octubre de 1977, cuando la Academia Sueca le concede el Premio Nobel de Literatura “por una obra de creación poética innovadora que ilustra la condición del hombre en el cosmos y en nuestra sociedad actual, a la par que representa la gran renovación, en la época de entreguerras, de las tradiciones de la poesía española”

El Ayuntamiento de Madrid cambia el nombre de la calle Velintonia por el de Vicente Aleixandre. A principios de año le ataca un herpes zoster en el lado izquierdo de la cara. Por una dificultad respiratoria, ingresa en el sanatorio de Nuestra Señora de Loreto. La enfermedad, de la que no acaba de recuperarse, y el desarrollo progresivo de unas cataratas que lo dejan casi ciego le mantienen muy aislado. Los últimos años de la vida de Aleixandre transcurren marcados por las secuelas de la vejez y la enfermedad. En febrero de 1980, por un problema urológico, se hospitaliza en la Clínica San Camilo. Pierde parcialmente la visión, no reconoce su escritura. El 20 de noviembre es intervenido de cataratas, en la Clínica de la Luz, Contra su costumbre, consiente en aparecer en un programa de televisión. Al año siguiente concede algunas entrevistas de prensa

Es hospitalizado de urgencia el 10 de diciembre, de 1984: en la Clínica Santa Elena, con hemorragia intestinal. Muere en la noche del día 13 de diciembre. Es enterrado en el panteón familiar del cementerio de la Almudena el sábado 15 de diciembre.

LUIS DE GONGORA

Luis De Góngora

 (1561-1627)
LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE, nació en Córdoba el 11 de Julio de 1561. 

Fue un sacerdote, poeta y dramaturgo del Siglo de Oro, máximo exponente de la corriente literaria conocida como culteranismo o gongorismo, que más tarde imitarían otros artistas. 

Era hijo del juez de bienes confiscados por el Santo Oficio de Córdoba don Francisco de Argote y de la noble dama Leonor de Góngora. Su desahogada posición económica le permitió adquirir una cuidada educación, que le llevó a estudiar en Granada y Salamanca, dónde se ordenó sacerdote en 1585 y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa. Ocupó el cargo de racionero en la catedral y, según parece, no de la forma austera que correspondía a su rango. 

Desde 1589 viajó en diversas comisiones de su cabildo por Navarra, y por Andalucía y ambas Castillas (Madrid, Salamanca, Granada, Jaén, Cuenca, Toledo). Compone entonces numerosos sonetos, romances y letrillas satíricas y líricas. 

En 1609 regresa a Córdoba y empieza a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y 1611 escribe la “Oda a la toma de Larache” y en 1613 el “Polifemo”, poema que parafrasea un pasaje mitológico de las “Metamorfosis” de Ovidio, tema que ya había sido tratado por su coterráneo 
Luis Carrillo y Sotomayor en su Fábula de Atis y Galatea. Ese mismo año divulga en la Corte su más ambicioso poema, las incompletas “Soledades”. 

Su figura se revistió de aun mayor prestigio, hasta el punto de que Felipe III le nombró capellán real en 1617; para desempeñar tal cargo, vivió en la Corte hasta 1626. 

Al año siguiente, 1627, perdida la memoria, marchó a Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema pobreza. Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los pleitos, los documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de Quevedo, se sabe que era jovial, sociable, hablador y amante del lujo y de entretenimientos como los naipes y los toros, hasta tal punto que siempre se le reprochó lo poco que dignificaba los hábitos sacerdotales. 

Murió en la ciudad que le vio nacer el 23 de Mayo de 1627. 

Se suele hacer de su obra una división tradicional: 

a) Poemas menores: romances, letrillas décimas, canciones y sonetos.
b) Poemas mayores: La fábula de Polifemo y Galatea, Soledadoes y el Panegírico dedicado al Duque de Lerma. 
c) Teatro. 

Su producción poética, como sucedía en la época no fue publicada hasta después de su muerte, eso sí tuvo una amplia difusión a través de copias manuscritas y contribuciones sueltas recogidas en diferentes colecciones. 

Pocos poetas han suscitado una polémica tan encrespada y significativa. El “Gongorismo” fue una auténtica piedra arrojada al lago de los círculos cortesanos. Góngora creó una nueva forma lírica basada en la ornamentación de lo externo y el hermetismo del contenido. Conceptos que acabaron por relegar su poesía hasta que la revalorizaron los poetas de la llamada Generación del 27



JUAN RAMON JIMENEZ

Juan Ramón Jiménez

 (1881-1958)
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ MANTECÓN, Nace en Moguer, (Huelva), el 23 de Diciembre de 1881 y fallece en Santurce (Puerto Rico) un 29 de Mayo de 1958. 

"Nací en Moguer, la noche de Navidad de 1881. Mi padre era castellano y tenía los ojos azules; y mi madre, andaluza, con los ojos negros. La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo que jugaba muy poco, y que era gran amigo de la soledad." 

Así mismo define el poeta su infancia, en una carta escrita a su prima, una infancia de niño consentido ya que sus padres Víctor Jiménez y Purificación Mantecón, se dedicaban con éxito al comercio de vinos. 

Los recuerdos más remotos del poeta en Moguer, los podemos encontrar en 
“Casa Azulmarino” cuando vivía en la calle de la Ribera. La casa de la Ribera, el río azul bajo el cielo azul despierta sus primeras fantasías literarias. 

A los pocos años se trasladó a la calle Nueva “porque- dice el propio Juan Ramón- los marineros andaban siempre navaja en mano, porque los chiquillos rompían todas las noches la farola del zaguán y la campanilla y porque en la esquina hacía mucho viento”. En esta casa su temprana fantasía desbordada hace que nazca el gusto por los reflejos del sol en las cosas, reflejos que no pasarían inadvertidos a alguien que durante toda su vida tuvo una constante preocupación cromática. Reflejos que siempre vio 
“Por el cristal amarillo”.

Juan Ramón, estudió Bachillerato con los jesuitas en el Puerto de Santa María (Cádiz) en el colegio “San Luis Gonzaga” y apuntaba con ser un creador. De momento se orientó hacia la pintura, como así lo atestiguan “Retrato de una caballero”, “Soldado con mosquetón” o “un perfil femenino”. Aún adolescente, la lectura de Gustavo Adolfo Bécquer le puso en contacto con la poesía. En un texto el propio poeta nos explica: 

“Primero se despierta en mi el amor a la pintura. Luego a la poesía. Luego a la música (a la pintura: de los primeros años de la niñez a los quince o dieciséis. A la poesía de los quince o dieciséis en adelante. A la música de los veinte en adelante) luego primero: disminuye el amor a la música, luego a la pintura. Aumenta siempre el amor a la poesía y literatura como arte completo.” 

Aunque comenzó la carrera de Derecho, impuesta por su padre, en la Universidad de Sevilla no finalizó sus estudios, pues las artes (pintura y poesía) le atrajeron más. La familia del poeta, culta, tradicionalista y conservadora, no se opuso; muy al contrario, contó con el apoyo de ellos, en especial de su madre. La economía familiar se lo permitía. 

Con diecinueve años, se traslada a Madrid, donde entra en contacto con los grandes poetas modernistas. Especial es la admiración que sentirá hacia Rubén Darío. Publica sus dos primeras obras “Nínfeas” y “Almas de Violeta”, cuyos títulos son sugeridos por Valle-Inclán y Rubén Darío. Antes del verano vuelve a Moguer enfermo de neurosis depresiva. 

El 1901 su familia le interna en un sanatorio francés para enfermos mentales en Burdeos, donde tuvo una aventura amorosa con la mujer de su psiquiatra mientras escribe “Rimas” bajo influencia de los simbolistas y parnasianos franceses. En septiembre es ingresado en el sanatorio del Rosario de Madrid. En la habitación del sanatorio organiza reuniones a las que asisten Machado, Valle-Inclán, Benavente... Allí pasa dos años de grato recuerdo y publicó sus dos primeros libros de textos. La muerte de su padre en este mismo año y la incipiente ruina familiar le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico. 

En 1905, una nueva crisis depresiva le lleva a Moguer. En este viaje nace 
“Platero y yo” quien no vería la luz hasta 1914 y sigue escribiendo poesía amorosa bajo el signo del simbolismo; así es el poema El viaje definitivo. Los años siguientes serán duros para el poeta. Se agudiza su crisis depresiva a lo que se une el descalabro económico de la familia. 

En 1911, animado por Ramón Gómez de la Serna, decide vivir definitivamente en Madrid. Sin embargo, se irá alejando del vanguardismo de éste atraído por el ambiente intelectual de la Residencia de Estudiantes. Allí se instala en 1913, año en que conoce a Zenobia Camprubí Aymar, de quien se enamora profundamente. Tras sus primeras negativas y gracias a la insistencia del poeta, como refleja uno de sus mejores libros de poemas de amor, “Estío”, conseguirá su propósito, siendo finalmente aceptado por la cultísima Zenobia. 

En 1914 ve la luz definitivamente “Platero y yo”. Una selección de sesenta y tres capítulos, hecha por el autor, en su colección “Biblioteca Juventud”. Este hecho, junto con el prólogo titulado “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños”, dio lugar a que la obra fuese erróneamente encasillada en el género de la literatura infantil.

En 1916, viajan juntos a Estados Unidos para casarse. Este acontecimiento será decisivo para la vida y obra del poeta. Había prometido a su amada el libro de poemas más hermoso jamás escrito. Lo cumplirá en parte con “Diario de un poeta recién casado”. Pero, el redescubrimiento del mar se convierte en uno de sus más importantes símbolos poéticos, hasta el punto de que cambiará luego el título a este libro por “Diario de poeta y mar”.
En 1917 se publica la edición completa, de “Platero y yo” compuesta por 138 capítulos donde quedaba claro que Platero era un texto adulto, aunque por su sencillez y transparencia se adecuara perfectamente a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos encerraban una cierta crítica social, revelando una dimensión del autor que muchos tardaron en advertir. 

En 1918 publica “Eternidades”, uno de los más influyentes en la poesía española del siglo pasado. Sin embargo, las nuevas corrientes literarias que llegan a España a finales de los años veinte, especialmente el Surrealismo, harán que los de esta Generación vayan dando la espalda al ideal de poesía pura de Juan Ramón. 

En 1920 ya había ampliado “Platero y yo” hasta llegar a los hasta los 190 capítulos; de hecho, existen tres adicionales al igual que planeaba también una segunda parte, de “Platero y yo” denominada “Otra vida de Platero”, de la que incluso esbozó algunos títulos. Un proyecto que, como el de publicar “Platero y yo” en cuadernos sueltos, no llegaría nunca a ver la luz. 

“Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...” 

De 1921 a 1927 publica en revistas parte de su obra en prosa. 

De 1925 a 1935 publica sus “Cuadernos”, en los que aparece casi todo lo que escribe en este periodo: poemas, cartas, retratos líricos de escritores y recuerdos literarios. 

En 1931, la esposa del poeta sufrirá los primeros síntomas de un cáncer que acabará con su vida. 

En 1936 estalla la guerra civil en España y se mantiene fiel del lado republicano llevando una importante labor de acogida de niños huérfanos. Juan Ramón y Zenobia marchan a Washington, habiendo dejado sus ahorros para atender a los huérfanos

En 1946 el poeta permanece hospitalizado ocho meses a causa de otra crisis depresiva. 

En 1950, se instalan en Puerto Rico, que se convertirá en su segunda patria. Y donde trabaja como profesor en la Universidad. Zenobia es operada de cáncer de matriz en 1951, en 1954 se agrava la situación de la esposa. 

Octubre de 1956 tiene para el poeta dos caras: la concesión del Premio Nobel de Literatura el día 25 y la muerte de Zenobia el día 28 en la clínica Mimiya de Santurce (Puerto Rico). Juan Ramón se recluye en su casa, en la más absoluta oscuridad: 

"...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando, y se quedará mi huerto con su verde árbol y con su pozo blanco. Todas las tardes el cielo será azul y plácido, y tocarán, como esta tarde están tocando, las esquilas del campanario. Se morirán los que me amaron y el pueblo se hará nuevo cada año;..." 

El 29 de Mayo de 1958, totalmente desolado, muere en la misma clíonica que su esposa


RAFAEL ALBERTI

Rafael Alberti

(1902-1999)
Rafael Alberti Merello nace en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de diciembre de 1902. Hijo de Agustín y María, y criado en el ambiente de una familia numerosa (eran seis hermanos). Allí estudia en el colegio San Luís Gonzaga, de los jesuitas.
En 1917 la familia se traslada a Madrid. Visita el Museo del Prado, hecho que marcará para siempre su vida. A partir de ese momento se dedica a pintar, vocación que prefirió al bachillerato, que jamás termino. En 1920 presenta su primera pintura en el Salón Nacional de Otoño.
La nostalgia de la bahía de Cádiz y tras la muerte de su padre, le llevan a refugiarse en la poesía y dejar la pintura en un segundo plano. A partir de ese momento, iría introduciéndose en la Residencia de Estudiantes, donde se relacionaría con los padres de la que se daría en llamar Generación del 27 (Dámaso Alonso, Lorca, Gerardo Diego y Aleixandre, entre otros), el movimiento intelectual surgido con motivo del homenaje celebrado en Sevilla en 1927 a Luís de Góngora. Alberti escribió entre 1920 y 1924 sus primeros poemas bajo el título "Mar y Tierra", que presentó en el Premio Nacional de Literatura de 1924-1925, y ganó, junto al poeta santanderino Gerardo Diego. El libro se titularía definitivamente "Marinero en Tierra". También en esta época publica “La Amante”.

Por esos años entabló amistad con poetas como Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, el compositor gaditano Manuel de Falla, y los genios de la pintura y el cine Dalí y Buñuel

Se casó en 1930 con la escritora María Teresa León, con la que compartió los años de su exilio por Buenos Aires y con la que tuvo una hija, Aitana. n

Becado por la Junta para la Ampliación de Estudios de la Segunda República Española, viajó en 1932 a la Unión Soviética y trató con los escritores soviéticos de la época. El año siguiente conoce a Pablo Neruda y, según cuenta en sus memorias, empieza a convertirse en "poeta en la calle": en realidad, el poeta nunca separó su labor intelectual de su actividad política, desde sus primeros versos hasta su retiro en Puerto de Santa María.



GUUSTAVO ADOLFO BECQUER

Gustavo Adolfo Bécquer

(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836 - Madrid, 1870)
La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27.
Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano, en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.

Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, año en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. 

ANTONIO MACHADO

Antonio Machado. Biografía

Antonio Cipriano José María Machado Ruiz. (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Coillure, Francia, 22 de febrero de 1939). Poeta, dramaturgo y narrador español, poeta emblemático de la Generación del 98. 
Realiza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza y posteriormente completa sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. Realiza varios viajes a París, donde conoce a Rubén Darío y trabaja unos meses para la editorial Garnier.
En Madrid participa del mundo literario y teatral, formando parte de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. En 1907 obtiene la cátedra de Francés en Soria. Tras un viaje a París con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar filosofía con Bergson y Bédier, fallece su mujer - con la lleva casado tres años - y este hecho le afecta profundamente. Pide el traslado a Baeza, donde continúa impartiendo francés entre 1912 y 1919, y posteriormente se traslada a Segovia buscando la cercanía de Madrid, destino al que llega en 1932. Durante los años que pasa en Segovia colabora en la universidad popular fundada en dicha ciudad.
En 1939 marcha a Barcelona, desde donde cruza los Pirineos hasta Coillure. Allí fallece al poco tiempo de su llegada.



FEDERICO GARCIA LORCA

Federico García Lorca.

Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 - Víznar, 19 de agosto de 1936). Poeta y dramaturgo español. 
En 1915 comienza a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Forma parte de El Rinconcillo, centro de reunión de los artistas granadinos donde conoce a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realiza una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, conociendo a Antonio Machado. En 1919 se traslada a Madrid y se instala en la Residencia de Estudiantes, coincidiendo con numerosos literatos e intelectuales.
Junto a un grupo de intelectuales granadinos funda en 1928 la revista Gallo, de la que sólo salen 2 ejemplares. En 1929 viaja a Nueva York y a Cuba. Dos años después funda el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo, y en 1936 vuelve a Granada donde es detenido y fusilado por sus ideas liberales.
Escribe tanto poesía como teatro, si bien en los últimos años se volcó más en este último, participando no sólo en su creación sino también en la escenificación y el montaje. En sus primeros libros de poesía se muestra más bien modernista, siguiendo la estela de Antonio Machado, Rubén Darío y Salvador Rueda. En una segunda etapa aúna el Modernismo con la Vanguardia, partiendo de una base tradicional.
En cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos líricos, míticos y simbólicos, y recurre tanto a la canción popular como a la desmesura calderoniana o al teatro de títeres. En su teatro lo visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina siempre el dramatismo.
En la actualidad Federico García Lorca es el poeta español más leído de todos los tiempos.